Libertad personal, a propósito de escribidor…

“Es mejor tener sentido común sin preparación académica, que preparación académica sin sentido común”. La libertad personal no es lo que pretenden permitirnos los demás que hagamos, digamos o escribamos. Es ante todos lo que nosotros estamos en capacidad de hacer o decir con o sin el consentimiento de los que quisieran manipularnos.
La libertad personal es precisamente la capacidad que uno tiene, en mayor o menor grado, para elaborar, expresar y sostener opiniones, juicios y decisiones fundadas en el mejor conocimiento posible de los hechos pertinentes y con la mayor independencia posible de los mecanismos de manipulación.
No es precisamente como piensan y pretenden algunos “todólogos”, que por el sólo hecho de haber pasado (dije pasado) por una universidad, colegio o institución de aprendizaje elevado, decirnos y dirigirnos hacia a donde ellos más les convenga.
No, algunos de esos que auto se titulan superdotados o intelectuales, poco importan si trabajan o dirigen medios de comunicación, si son simples empleados o colaboradores de los mismos.
Su accionar se inscribe en los linderos de las pedanterías, la prepotencia, la intriga, la frustración y la mediocridad.
Aunque en honor a la verdad, tiene mucho que ver, como toda capacidad, el grado de libertad personal que uno pueda ejercer depende de actitudes congénitas y de las oportunidades y esfuerzos que hayan intervenidos para desarrollarla, depende; depende de una inteligencia real y sostenida, el estudio, la fuentes de información verídicas que a diario adquirimos y, por sobre todas las cosas de la determinación consciente de ejercerla a plenitud.
Ejercer y defender la libertad personal frente a los que tratan de silenciarnos y humillarnos (ofende quién puede no quién quiere), es lo mejor que puede hacerse en favor y por el bien de la sociedad, diríamos que de la humanidad entera.
Defender la libertad personal, sagrado derecho, en cualquier lugar, en cualquier época, no importa el sistema político o de gobierno, pero jamás en la forma y manera como pretenden algunos. Muchos son los que “enmudecen” cuando reciben salarios de gobiernos y potentados. Algunos simulan hacer galas de esa defensa a la libertad personal injustamente desde escritorios con aire acondicionado, montados en costosas “yipetas”, por lo regular, también tienen que hacer papeles de “vulgares y serviles”.
No importa también lo que puedan decir algunos comunicadores frutados, cuyas plumas solamente destilan tinta en papeles sin justos mensajes a los más necesitados y hambrientos de libertad. Estos olvidan el papel de voceros de los que no tienen la capacidad ni los medios para hacer llegar sus quejas.
Lo correcto que debemos hacer en favor de los que claman por libertad y justicia social, por tu sagrada patria y todos sus componentes, en favor de los mejores intereses sociales y de las más nobles y elevadas aspiraciones humanas, es ejercer y defender hasta con la vida si fuera necesario la libertad personal, no importa los que se quedaron atrás. Axial de simple, axial de claro y categórico. Así deben actuar “los escribidores”, todos aquellos a los que les asaltan ideas, inquietudes, para eso nacieron los medios de comunicación escritos, para ello tienen secciones de opiniones, cartas al director, para facilitar las expresiones de los escribidores. Solamente así, sin adornos, sin frases rebuscadas en libros prestados o empolvados podemos ser libre y convivir en respeto. Así de sencilla y clara es la libertad personal. La Libertad personal, a propósito no tiene precio
Nota del editor: Eso no es para mi. verdad Rodolfito; amiguito del alma.


Rodolfo de la Cruz Columbus.Ohio
Rdelazcruz221_82@msn.com



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