¡Qué le pasa al Cardenal!

Las peticiones del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, para que los dominicanos “hagamos oraciones” por la salud del sanguinario-criminal dictador Fidel Castro, hacen sentir a uno un sabor nauseabundo, asqueante.

Parecen peticiones y declaraciones dadas por uno de los tantos “comunistas trasnochados” enfermizos alcahuetes del desalmado dictador caribeño.

Noten que menciono “dictador” varias veces, para aclararle a algunos, la diferencia entre presidente, no importa si son o no corruptos como los que nos hemos dado en dominicana y un “dictador”.

Aunque en su Epístola a Timoteo, Pablo los insta a él y a la iglesia que presidía, a cumplir con el deber cristiano de la oración.

No es menos cierto qué, según el mismo Pablo, uno de los propósitos de la oración a favor de los gobernantes es “que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”…

Para conocimiento del equivocado Cardenal amigos de los poderosos, de los gobernantes y opresores de los pueblos, enemigos de los pobres, y diametralmente diferente en todo el sentido de la palabra al Padre Billini, al Padre Montesinos y al Arzobispo Meriño, usted esta muy perdido “Sr. representante de Dios en la tierra”.

Ni Castro a ha sido “honesto con su pueblo ni ha tenido piedad para mandar al pelotón de fusilamiento a todos los que difieran de su sanguinario régimen dictatorial”…Es decir, que simple y llanamente, usted, que no desperdicia oportunidades para llamar “asesinos a otros”, con sus pobres y mal intencionadas declaraciones, se convierte en un cómplice de tantos martirios, crímenes, opresión y privación de su libertad de todos los hermanos cubanos…Eso es usted, un abanderado de tan malvado personaje.

Estoy seguro que Castro tiene su entrada vedada al cielo, a la gloria, pero no creo qué usted éste muy lejos de ahí.

Recuerdo perfectamente, cuando nos presentamos a su domicilio Rafael Corporán de los Santos, el prestigioso periodista Leo Reyes y quién escribe, a requerimientos del mismo Corporán, el entonces jefe de la policía, Freddy Beras, Huchi Lora entre otros, para que viniera a mediar entre el Dr. Payano y los miembros de la ley, su salida del asediado banco del Progreso de la avenida Bolívar.

El Dr., Payano, en un aparente momento de locura lo había tomado por asalto, el final es de todos conocido…Tiros, muertes destrucción…Su respuesta fue sencilla, vayán y busquen a Monseñor Arnáiz…”Yo no me meto en esa vaina”…Desde ese día, dejo de ser usted para mi un mensajero o representante de Dios, para convertirse en lo que es, vive bien amigo de los qué también así viven a costa del pueblo.

Usted nunca se ha quitado su famosa “sotana” la misma que tiene debajo un hombre, no se ha puesto y tampoco creo que les sirvan, “las sandalias de Cristo”, para ir a nuestros barrios, campos y parajes a llevar un mensaje de aliento que se supone sea su más bella y sagrada responsabilidad.

Usted no conoce de eso, mientras critica a “los gringos”, no se cansa de visitar su territorio y tener negocios en el mismo que le producen grandes cantidades de dólares, al tiempo de darse la buena vida en caros hoteles respaldado por algunos de los alcahuetes que trabajan para usted en Estados Unidos.

Usted nunca ha sido parte importante en la solución de conflictos que beneficien a los más reposeídos de la fortuna, usted siempre está del lado de los poderosos…Donde pueda picar bien para usted y sus familiares, todos viven muy bien.

Sus “cristianos deseos” de una pronta recuperación del sanguinario dictador, son una clara demostración de desprecio al derecho que tienen todos los cubanos a vivir en paz, libertad y justicia social, es una aberración descarada a todos los hermanos cubanos que han tenido que salir de manera precipitadas y arriesgadas para poder salvar sus vidas de las garras de tan desalmado personaje como lo es Fidel Castro.

Recuerde sr. Cardenal…Después de la muerte de Trujillo, a los dominicanos no hubo nadie que los parará en busca de sus grandes anhelos de libertad, los cubanos, tanto dentro como fuera de la patria tampoco se dejarán frenar por un “murito llamado Raúl Castro” para buscar y saciar su hambre de libertad que han buscado por casi 50 años.

No pudieron ni Balaguer ni los remanentes trujillistas evitar que los dominicanos celebráramos la caída de tan criminal dictador, así como los cubanos celebrarán más temprano que tarde, el fin de tan desgraciada y desalmada pesadilla…Así de simple, así de sencillo Sr. Cardenal.

En vez dedicar tiempo a criticar a los sufridos cubanos, dedíquele tiempo a “mirarse las vigas en sus propios ojos”…Los problemas que también están llevando a los dominicanos a la desesperación…

Recuerde…Dios aún vive…

Responsablemente Rodolfo de la Cruz
Columbus.Ohio

Rdelazcruz221_82@msn.com

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